Guerra contra Estados Unidos
Las
relaciones entre el territorio de México, primero como virreinato español
y luego como Estado independiente, y la joven república estadounidense
estuvieron llenas de altibajos. La guerra entre Estados Unidos y México no
vio enormes campañas militares, como las que se habían sucedido en Europa
a comienzos de siglo, pero sus consecuencias marcaron a partir de entonces
el destino de los dos países. Tras la independencia de México, el
país mantuvo en gran medida los acuerdos que España había tenido con los
todavía jóvenes Estados Unidos. Que las nuevas autoridades mexicanas lo
toleraran sin que repercutiera en sus relaciones con Estados Unidos no
significa que lo hicieran de buen grado.
No obstante, los problemas con esta
comunidad inmigrante llegaron por la cuestión de la esclavitud, la cual se
abolió definitivamente en México en 1829. Aunque en un principio lograron
una excepción para su territorio, esta duraría tan poco como la
estabilidad política de México.
La
independencia de Texas
En la década de 1820 e inicios de la de 1830
México se había convertido en un hervidero de conspiraciones y de inestabilidad
política. La guerra de Independencia de Texas se inició con una sucesión
de contundentes victorias de las armas mexicanas que sobrevino al asedio de El
Álamo, pero la ambición y el exceso de confianza de Santa Anna le llevó a
adentrarse en territorio enemigo en persecución de los combatientes
texanos, en retirada. Sin embargo, el Gobierno de México nunca
reconoció este tratado y mantuvo el pulso por recuperar Texas, donde las
incursiones militares mexicanas continuaron hasta que en diciembre de 1845 el
territorio fue incorporado de manera definitiva a Estados Unidos, que
alcanzó con ello un objetivo que perseguía desde 1825, cuando envió sendas
ofertas a México para su compra que fueron rechazadas de manera
tajante. Aunque Estados Unidos no intervino directamente en el
conflicto, sí que apoyó a los texanos y dejó que voluntarios
estadounidenses se integraran en sus filas.
Las relaciones entre México y Estados Unidos se
estaban degradando a un ritmo alarmante, y la anexión no fue sino el paso
previo a una guerra que no tardaría en llegar. Abierto su apetito
expansionista, Estados Unidos, imbuido ya por el espíritu de la doctrina
del Destino manifiesto, no estaba dispuesto a conformarse solo con
Texas. Poco tiempo después, la administración estadounidense se
dispuso a adquirir Nuevo México y Alta California. Las autoridades
federales mexicanas se negaron una vez más a vender su territorio a los estadounidenses, decisión
que colocó al país en un punto de no retorno en la senda de la guerra.
Los estados sureños de Estados Unidos fueron los
que con más entusiasmo apelaban a un conflicto abierto. Polk solicitó al
Congreso la declaración de guerra, que este ratificó el día 13 de mayo de
1846. La guerra de México-Estados Unidos había comenzado.
La
intervención estadounidense en México
La guerra contra México cambiaría esto y
supondría el nacimiento de un Estados Unidos beligerante y militarista con sus
vecinos. Polk había planteado un conflicto limitado, no quería una
aniquilación mexicana, sino un conflicto que durara lo justo e infligiera
el daño suficiente para obligar a México a comprar la paz cediendo los
territorios de Nuevo México y Alta California.
Ismael López Domínguez. (6 de mayo de 2020 ). desperta ferro. Obtenido de La Guerra México-Estados Unidos (1846-1848): https://www.despertaferro-ediciones.com/2020/intervencion-guerra-mexico-estados-unidos-1846-1848/
Secretaría de la Defensa Nacional. (16 de julio de 2015). Gobierno de mexico. Obtenido de guerra de reforma: https://www.gob.mx/sedena/documentos/la-guerra-de-reforma
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