Guerra de Reforma
Ignacio
Comonfort, tras adherirse al Plan de Tacubaya intentó sumar simpatizantes
pero en algunos estados, como el de Veracruz rápidamente se restituiría el
orden constitucional, paulatinamente lo hizo perder el
control. Durante el primer año de la guerra entre conservadores y
liberales, la balanza se inclinó del lado conservador, ya que los
experimentados generales conservadores Miguel Miramón y Leonardo Márquez
consiguieron numerosas victorias sobre las tropas liberales en los estados de
San Luis Potosí, Colima, Guanajuato y Jalisco. Mientras que las
tropas liberales comúnmente tenían líderes improvisados, se habían
conformado por milicias que carecían de adiestramiento y pese a sus constantes
derrotas, los comandantes profesionales comenzaron a pasar de un bando a
otro, ocasionando paulatinamente que las tropas liberales tuvieran una
mejor conducción en la guerra y con ello, el desequilibrio de las fuerzas
conservadoras. Además durante esta guerra, en varias ocasiones países
extranjeros ejercieron influencia política tanto en favor del gobierno liberal
como en el conservador.
En el caso de los Estados Unidos de América el
apoyo fue conforme a las pretensiones de firmar un tratado para
asegurar, que les fuera concedida la soberanía de la Baja California y el
tránsito comercial por Tehuantepec. Los firmantes fueron Robert McLane y
Melchor Ocampo, como ministro de Relaciones Exteriores del gobierno
liberal de Benito Juárez, finalmente el arreglo fue conveniente a las
políticas expansionistas de los Estados Unidos de América, e
irremediablemente aceptado por la urgencia del dinero para financiar la guerra
en contra de los conservadores. Sin embargo, el acuerdo nunca fue
ratificado por el Senado de los Estados Unidos América. Mientras los conservadores
establecieron una alianza con España en el tratado firmado el 26 de septiembre
de 1859 en Paris, por Juan.
Almonte y Alejandro Mon, enviado de la
Reina Isabel I, para que los conservadores recibieran un préstamo
monetario, para avituallar a sus tropas y salir victoriosos de la
guerra. De manera que la guerra continuaba asolando al territorio
nacional, al ser difundidas las llamadas Leyes de Reforma, que fueron
basadas en la separación de los bienes de la Iglesia y el
Estado, provocaron que se redujera la principal fuente de recursos que
sostenía la guerra de los conservadores. El 22 de diciembre de
1860, en las inmediaciones de San Miguel Calpulalpan, se libró la
última batalla de la Guerra de Reforma, en la que los liberales resultaron
victoriosos y comenzaron con la ocupación de la Ciudad de México, el
General Jesús González Ortega como Jefe del Ejército , promulgó un
decreto el 27 de diciembre para la disolución del Ejército permanente. Sin
embargo, los conservadores inconformes por la derrota, buscaron
nuevamente ayuda del extranjero para continuar con las hostilidades y al año
siguiente dio inicio la Segunda Intervención Francesa.
Comentarios
Publicar un comentario